Una pregunta a la vez
Mis alumnas ya están acostumbradas: tengo más preguntas que respuestas. Aunque intento contar con alguna certeza para darles seguridad en el mar de incertidumbre en el que solemos navegar, ellas saben que terminarán de leer mis devoluciones con unas cuantas interrogantes que, ojalá, les sean nuevas. Quizá sepan también que es lo mejor que les puedo ofrecer.