Esta es una bienvenida
Y es para siempre que quieras volver.
Y es para siempre que quieras volver.
Me preparo el mate. Sé que la tarea que tengo por delante va a apreciar su compañía. Busco en la cada vez más pesada valija en la que guardo mis cuadernos y libretas ya terminadas. Selecciono las correspondientes a este año que me dispongo a despedir. Elijo una lapicera que resista y, por alguna razón,
I. Me gusta mucho ir a la escuela y estudiar. Gusto de Ezequiel y de Federico Alfredo. Ya tuve un novio. Tengo muchos juguetes y un hermano y unos padres muy buenos. Siempre me gustó tener un diario como este muy lindo. Me intento encontrar en la letra de una niña. Siempre estoy buscando encontrarme.
I. Vengo pensando en escribir esto desde hace unos días. Antes de empezar, enciendo el carboncito que compré en Oaxaca para quemar el copal, la resina vegetal con la que los Aztecas limpiaban las impurezas del lugar. ¿A qué fantasmas quiero ahuyentar yo con esto? No lo sé, y acepto quedarme con el misterio. Son
“El taller vincula a un escritor con sus pares, apuntala el proceso creador y desentraña las claves de la escritura: es un entramado que responde a un método preciso y a un conjunto de actitudes que siguen demostrando eficacia desde sus comienzos. En el taller se comparte el silencio mientras crece el murmullo. Es una
Terminar un libro que te gusta (mucho más que eso: que te encanta, que te subyuga, que te deslumbra, que te compromete) nunca es una experiencia del todo grata. Por un lado, está esa ansiedad previa por avanzar y saber más, por entregarte a él por completo; la misma que va desvaneciéndose conforme las páginas
“Mi chamba es hacer conciencia”, me dice Yvonne, y se refiere nada más y nada menos que a la consciencia que despierta en mí cada vez que me deja en el aire una de esas frases suyas para que yo revise o resignifique algo de lo que me está pasando. Lo dice probablemente mientras busca el punto justo donde colocar su aguja experta de acupuntura, enseguida después de decirme “jálame aire” y de recordarme luego que lo suelte. Es interesante pero toda enseñanza consta, al fin de cuentas, en aprender a respirar. Y para eso también se necesita ayuda.
Un espacio para explorar el placer de escribir, el poder de la creatividad y la experiencia de compartir talleres de escritura presenciales u online.