Volver a empezar

“El taller vincula a un escritor con sus pares, apuntala el proceso creador y desentraña las claves de la escritura: es un entramado que responde a un método preciso y a un conjunto de actitudes que siguen demostrando eficacia desde sus comienzos. En el taller se comparte el silencio mientras crece el murmullo. Es una […]

Tres años de Papel en Cero

“Mi chamba es hacer conciencia”, me dice Yvonne, y se refiere nada más y nada menos que a la consciencia que despierta en mí cada vez que me deja en el aire una de esas frases suyas para que yo revise o resignifique algo de lo que me está pasando. Lo dice probablemente mientras busca el punto justo donde colocar su aguja experta de acupuntura, enseguida después de decirme “jálame aire” y de recordarme luego que lo suelte. Es interesante pero toda enseñanza consta, al fin de cuentas, en aprender a respirar. Y para eso también se necesita ayuda.

Creatividad retada

Según los estudios científicos al respecto, el vínculo entre sinestesia y creatividad estaría dado porque quienes la experimentan tienen mayor habilidad para vincular ideas no relacionadas. Hay quienes tienen más desarrollada esta condición. Se afirma que los llamados individuos sinestésicos (alrededor del 2% de la población mundial) pueden, por ejemplo, oír colores, ver sonidos, y percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con determinada textura. No resulta sorprendente saber que esto es alrededor de siete veces más común en artistas, poetas y novelistas.

Domar la creatividad

La definición de creatividad del diccionario es muy escueta, sólo dos acepciones. La primera: facultad de crear; la segunda: capacidad de creación. Aunque no sea mucho, hay dos palabritas claves para entenderla: que es una facultad (aptitud, potencia de hacer algo) y que es una capacidad (oportunidad que habilita cierta acción). Yo (y la neurociencia, sobre todas las cosas, que es bastante más docta en el tema) creo firmemente en que la creatividad es algo con lo que todas, todos, todes contamos. Sin excepción. No existe tal ser como alguien no creativo. Puede, quizá, ser poco creativo. Como también se puede ser poco atlético si no se entrena la capacidad de ejercitarse o practicar algún deporte que nos provea de cierta destreza y estado físico que pueda calificarse como tal.

El propósito de escribir

Tengo algo para decirles, amigas y amigos de Papel en Cero, y se los diré aunque puede que vaya en contra de pretender ganarme la vida dictando talleres de escritura creativa. No necesitan aprender a escribir, pues ya lo saben. Sí, claro, pueden aprender a mejorar su técnica, su ortografía, incluso su estilo personal. Pero lo que necesitan para arrancar y poder tachar ese propósito de la lista y empezar a vivirlo, ya la saben.